Durmiente.
Bella inconciente.
Mudando de ropas oníricas,
negado
de tu hermoso yacer.
Hiriente.
Siempre omnipresente.
Ocre es el manto,
sacra tu pose.
Desvelado te recreo
nunca a mi lado,
¿tal vez? Nunca habrás
De estarlo.
No hay baile mejor, que este
tu estático embellecer,
tendida,
despreocupada los dioses
te guardarán,
mi musa de un afortunado
ajeno caminante,
te sufriré una vez más,
antes de olvidar
la imagen
de tu inocente belleza.
Durmiente
te desvaneces finalmente
una vez más.